“Somos lo que comemos”, dice una conocida frase, y si analizamos qué nos llevamos a la boca… muchos quedaremos HORRORIZADOS. Los productos que nos ofrece la industria alimentaria son poco nutritivos, llenos de grasas y, encima, derivados del maltrato animal.
Por eso, quizá te estás preguntando cuáles son las diferencias entre vegano y vegetariano, por pensar en alguna alternativa para cuidar de ti y del planeta. También existe una tercera opción: flexitariano o flexiteriano, que quizá te suene extraña, pero que se está volviendo popular.
En principio, estas 3 formas de alimentación consisten en reemplazar la ingesta de carnes, pero en el fondo son tres diferentes estilos de alimentación que conllevan reglas, excepciones y hasta posturas éticas.
¿Y de verdad tienen impacto en el planeta? Tal es su efecto, que asesores de la ONU destacaron su importancia en la lucha contra el calentamiento global. ¿La razón? Cultivar frutas y verduras con enfoque sostenible contamina mucho menos que cualquier producto de la industria de los alimentos. Existen también estudios de la OMS que han comprobado que los vegetales sin carnes son los mejores aliados en la prevención de la diabetes, la obesidad y las enfermedades del corazón.
Todo esto suena genial, ¿no es cierto? Pues sigue leyendo, que queremos contarte más sobre cómo funcionan estas tres dietas y darte tips para llevarlas a la práctica. ¡Seguro te animas a seguir alguna!
Contenido
Diferencias entre vegano y vegetariano
Comencemos por entender las diferencias entre veganos y vegetarianos. De entrada, ambas dietas parten de la sustitución de carnes y productos de origen animal por vegetales y frutas. Esto puede darse por diversas razones, tales como la ingesta de alto colesterol animal, por intentar otro tipo de alimentación debido al sedentarismo o hay quien incluso practica estas dietas por desacuerdo con la explotación y tortura animal.
Si bien hace siglos que existen sociedades que practican dietas verdes y se preocupan por no hacer sufrir a los animales, los vegetarianos y veganos se enfrentan a un enemigo desconocido para los pueblos antiguos: la industria de los alimentos y sus excesos.
Sin embargo, cada grupo lo hace con base en principios y reglas distintas. De hecho, existe un debate sobre si el veganismo es una rama radical del vegetarianismo, o si la diferencia entre ambos es cualitativa.
No queremos aburrirte con estas disyuntivas. Por ello, te presentamos cuatro características elementales que te permitirán distinguir entre una dieta vegetariana y una vegana.
El vegetariano renuncia a los productos de la matanza animal
Según la Sociedad Vegetariana de Estados Unidos, el principio básico de quienes adoptan esta dieta es el rechazo a los productos o subproductos de la matanza industrial de animales. En este sentido, renuncian a comer lo siguiente:
- Carnes rojas
- Carnes de aves
- Leches y huevos
- Pescados y mariscos
- Gelatinas y otros productos de la proteína animal
- Caldos y grasas derivadas del sacrificio animal
En sustitución de estos alimentos, las dietas vegetarianas se basan en frutas, verduras, nueces, semillas, granos y legumbres, así como en carnes vegetales, elaboradas a base de avena, soja, frijol, garbanzo, entre otras ricas leguminosas.
El vegetariano acepta algunos productos derivados de animales
Pero los vegetarianos no están peleados con todo lo que proceda del mundo animal para el consumo humano. Claro, siempre y cuando su producción no implique explotación y sufrimiento de otro ser vivo. De este modo, podemos mencionar tres subtipos de dieta verde que se define por sus excepciones y constituyen una de las fundamentales diferencias entre vegano y vegetariano.
- Lacto-ovo-vegetariana. Evita todo tipo de carne y pescado, pero permite productos lácteos y huevos.
- Lacto-vegetariana. No incluye carne, pescado ni huevos, pero sí productos lácteos.
- Ovo-vegetariana. Rechaza carne, pescado y productos lácteos, pero admite los huevos.
Cabe mencionar que, si van a incluir leche y huevos en sus dietas, los vegetarianos toman como deber ético cerciorarse de que son orgánicos. Este término implica que los animales de donde derivan tales productos no fueron manipulados con químicos ni tratados con crueldad.
El veganismo es, más que una dieta, un estilo de vida
La alimentación no es el único aspecto de la vida humana que daña a los ecosistemas. En la misma línea destructiva están las industrias de la moda, el turismo y la construcción de viviendas, por mencionar algunas. Los veganos están conscientes de esta situación, por lo que apuestan a una vida verde, y no sólo a una dieta vegetariana.
Dado que la mayoría de los productos animales vienen de procesos industriales, y que las alternativas orgánicas son, en gran medida, un privilegio, los veganos a diferencia de los vegetarianos practican una alimentación más estricta sin hacer excepciones con los huevos ni los lácteos. Siguiendo esta idea, también descartan el consumo de estos artículos y servicios:
- Cualquier prenda con cuero, plumas o piel animal
- Ropa de seda
- Turismo depredador (que implique invadir o explotar ecosistemas)
- Viviendas no sustentables (que tengan alto gasto de luz y agua)
En este sentido, la Vegan Society, una asociación internacional que evalúa los productos del mercado vegano, considera que se trata de una “forma de vida”. A través de ella, uno tiene el deber de rechazar todos los tipos de explotación animal y de la naturaleza.
El veganismo busca cambios profundos en la industria
Ahora bien, es un lugar común decir que los veganos son la rama “radical” o “estricta” de los vegetarianos. Al analizar las diferencias entre vegano y vegetariano, quizá la más profunda es que el veganismo implica una reflexión continua sobre cómo la industria humana afecta al medio ambiente, mientras que el vegetariano suele tener diversas razones para optar por esta manera de alimentación.
Los veganos consideran que el consumo de frutas, legumbres y verduras no asegura el cuidado del planeta cuando vienen dentro de bolsas de plástico que tardarán siglos en degradarse. También se pregunta si, detrás de cada producto que consume, hay uso de pesticidas nocivos, aplicación de químicos contaminantes del suelo e incluso despojo de tierras contra pueblos originarios. Decisiones que los hace además, ecologistas.
En el mismo sentido, los veganos se pronuncian a favor de que el desarrollo tecnológico y científico alcancen la producción, por ejemplo, de leche o huevos sin tener que extraerlos de animales maduros y con sistema nervioso. Sí, aunque esta posibilidad aún esté dentro de la ciencia ficción.
Si tú también te haces preguntas constantes sobre la situación y el cuidado del planeta, quizá tengas alma de ecologista, también. Puede ocurrir, incluso, que sea tu vocación de vida. ¿Lo has pensado antes?
¿Sabes lo que es un flexitariano?
Ya hemos hablado de las diferencias entre un vegano y un vegetariano, pero ¿has escuchado el término de flexitariano o flexiteriano? Bueno, a primera vista, te darás cuenta que se trata de un juego de palabras a partir de la unión entre “flexible” y “vegetariano” ¡No se precisa gran ciencia para descifrarlo!
En ese sentido, su dieta está basada en alimentos vegetales, pero no excluye los productos de origen animal e incluso contempla la ingesta de alguna carnes. Por ello, a diferencia de los vegetarianos y los veganos, los flexitarianos o flexiterianos no excluyen productos de su dieta, sino que van incorporando y privilegiando alimentos a base de plantas, lentejas, frijoles, guisantes, nueces y semillas.
A la hora de comer carne, optan por la variedad magra de buena calidad, en especial la de pollo o pavo, por su alto contenido de proteína animal y bajo de grasas saturadas, en comparación con los embutidos y carnes procesadas. Estos últimos, incluso, se asocian al cáncer de colon y estómago.
Sumada a la posibilidad de no abandonar la carne –lo cual será como una bendición para ciertos apetitos–, la dieta flexitariana, combinada con actividad física regular, también ofrece la bondad de reducir los riesgos de desarrollar cáncer de seno y próstata, según investigaciones de la OMS. Esto último suena maravilloso, ¿verdad? Entonces, ¿qué te hace falta para probar al menos dicha alternativa de nutrición por un par de meses?
Recomendaciones para ser vegano, vegetariano o flexitariano
Comenzar una nueva dieta nunca es fácil. ¡Lo sabemos! Quizá tras la primera semana sientas que no puedes vivir un minuto más sin tus antiguos alimentos favoritos y sucumbas al antojo. Si tienes deslices, sé comprensivo contigo mismo y recuerda que no se trata de una competencia, sino de tu camino hacia una vida más sana y amable con el planeta.
De hecho, a muchas personas les toma meses dejar totalmente de comer pollo, pescado, huevos y otros productos de origen animal. Pero, no hay reto que la constancia y la perseverancia no puedan superar. Y para apoyarte, te proponemos 5 tips para ser vegano, vegetariano o flexitariano. ¡Sigue leyendo!
1. Infórmate y conoce qué necesita tu cuerpo
Al optar por una dieta a base de frutas y vegetales es importante saber qué nutrientes podrás obtener de estos alimentos y cuáles deberás tomar en tabletas o suplementos. Este paso es muy importante para evitar que afecte tu salud y se vuelva un obstáculo en la búsqueda de una vida más sana.
Sobre todo si eliges la opción vegana, te recomendamos informarte sobre cómo proveer de las vitaminas B12 y D a tu organismo, pues son fundamentales para mantenerlo fuerte y, por desgracia, las mejores fuentes de ellas son las carnes. También deberás ir aprendiendo cómo sustituir proteínas animales por vegetales.
Puedes encontrar información detallada y confiable sobre el tema en el sitio de la Vegan Society. Sin embargo, ante cualquier signo de molestia en tu cuerpo, como fatiga anormal o dolor en los huesos, no dudes en pedir el punto de vista y acompañamiento de un nutriólogo.
2. Avanza a tu ritmo, sin presiones
- Sustituye lácteos primero. La mayoría de personas no tiene problemas en sustituir la leche de vaca por alternativas de soja, que es la más nutritiva u otras vegetales (avena, almendras, arroz o coco). Procura que tu elección lleve poco o nada de azúcar añadido, pero que esté enriquecida con calcio.
- Deja las carnes que causan mayor sufrimiento. ¿Te preocupa la crueldad animal, pero no estás seguro de que puedas dejar de comer carne de una vez? Prueba empezando por la de pollo y los huevos, pues las aves de corral están entre los animales más explotados por la industria alimenticia.
- Explora los sabores de las alternativas vegetales. Para ir avanzando en el proceso de abandonar el consumo de carnes animales, es preciso que vayas explorando los sabores de las vegetales. Más allá de la soja, te sorprenderá la amplia variedad de opciones y seguro encontrarás una preferida.
- También puedes empezar por el “todo o nada”. Por supuesto que es posible. Sólo ten en mente que, si decides dejar de golpe las carnes y derivados animales, será muy importante que desarrolles un método y cuides tu ingesta de vitaminas.
3. Modifica tus hábitos de consumo
Tu rutina para hacer las compras cambiará notablemente una vez que emprendas tu dieta verde. Poco a poco, te volverás un supervisor del contenido alimenticio y harás un hábito la lectura de las etiquetas de los productos.
Y es que, entre tus preocupaciones principales, estará el evitar comestibles derivados de la crueldad hacia los animales o con sustancias asociadas a la obesidad (como grasas saturadas y azúcares industriales). Yendo más lejos, te podrás convertir en un «detective de los alimentos» si no sólo te importa que estos beneficien tu salud y no dañen a otras especies, sino que investigas si su producción implicó explotación humana o contaminación ambiental. Esta última inquietud, como indicamos más arriba, es una de las diferencias entre vegano y vegetariano.
En cuanto a la dieta de flexitariano o flexiteriano, sólo tendrás que aumentar el consumo de semillas, verduras y frutas. Así que podrás ir por los pasillos del supermercado con más holgura, dando preferencia a los productos saludables y satisfaciendo uno que otro gusto culposo.
4. Prepárate para ejercitar tus habilidades culinarias
Apartarte del mundo de la comida industrializada conlleva olvidarte de la comida rápida y para horno de microondas. ¡Nada de cenas en cinco minutos! Por ello, deberás entrar a la cocina y volverte creativo con todos los productos vegetarianos que tengas a la mano.
¡Que no te coma la ansiedad si en tu vida has tomado una sartén! Recuerda que en internet podrás encontrar un mundo de tutoriales, en texto y video, además de que la práctica hace al maestro. Para comenzar, te recomendamos darte un vuelta por la página de recetas de la Unión Vegetariana Española.
5. Comparte tu experiencia
Emprender el camino de una vida más saludable te llenará de conocimientos y experiencias que debes compartir con los otros. Hazlo con entusiasmo, pues de nada servirá que actúes en pro del planeta si no animas a otros a hacerlo. Pero también ten tolerancia para las opiniones diferentes y paciencia para lo novatos.
Bien, pues ya conoces las diferencias entre vegano y vegetariano, así como la alternativa de ser flexitariano o flexiteriano. Como has visto, las primeras dos opciones no sólo consisten en sustituir carnes por vegetales, sino en asumir una postura ética frente a la producción de alimentos, rechazando en primer lugar aquellos que implican la matanza de animales.
En el caso vegano, el enfoque es holístico y nos lleva a la reflexión sobre cómo nuestra forma de alimentarnos afecta a otros y al planeta. También nos pone a idear qué podemos hacer para aminorar el impacto de la actividad humana. ( ¡Por cierto! Echa un ojo a estos documentales sobre el medio ambiente que te harán entender esta postura). Por ello, ambas alternativas conllevan modificaciones importantes en nuestros hábitos del día a día, de manera que, más que como dietas, es preciso definirlas como estilos de vida.
Ahora, es tiempo de que des los primeros grandes pasos para comenzar en serio una alimentación más nutritiva y amigable con el medio ambiente. Hazlo a tu ritmo, pero con determinación. Verás que, ante de lo que esperas, empezarás a sentir los cambios benéficos en tu salud.
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